¿Qué es la pericoronaritis?

Cuando un diente erupciona (es decir, sale hasta la dentadura), a veces el tejido blando que lo rodea, las encías, es arrastrado con el diente y termina haciendo tope, por lo que el diente queda retenido, parcialmente cubierto o provoca heridas en la boca. El proceso de erupción natural de un diente ya puede ser molesto, pero cuando una pieza queda en mala posición es muy probable que cause malestar adicional o que se infecte, provocando una pericoronaritis.

La pericoronaritis es una infección de las encías y el tejido blando de la boca, que suele ocurrir durante la salida de las muelas del juicio o cordales. Si bien puede darse en niños cuando les salen los primeros molares de leche, esta infección es más habitual en personas entre 18 y 28 años, encontrándose el mayor porcentaje entre los 21 y 25 años. Los síntomas de la pericoronaritis son relativamente fáciles de identificar, sobre todo si somos conscientes con antelación de la erupción del diente.

Síntomas de la pericoronaritis

El avance de los síntomas de pericoronaritis es gradual, empezando con dolor en la mandíbula. Este dolor se puede extender a otras partes del cuerpo como el oído, la cara o la cabeza, debido a la cercanía de los nervios con la zona inflamada. La pericoronaritis no solo causa molestia, si no que muestra algunos síntomas visibles como:

• Inflamación o rojeces en el tejido blando, es decir, las encías. Sobre todo cerca de la zona donde erupciona el diente.
• Infección en forma de mal aliento, sangrado o presencia de pus. Las infecciones en la boca también suelen provocar sensibilidad a alimentos y bebidas muy fríos o muy calientes.
• Molestias a la hora de masticar, hablar, tragar o simplemente abrir la boca.
• Si la infección no se remedia y sigue su curso, es posible que se empiecen a notar síntomas de malestar general o incluso fiebre.

A simple vista estos síntomas no son muy distintos a los causados por otras infecciones en la boca, enfermedades periodontales o lesiones. La localización de los dolores o la inflamación, así como el conocimiento previo de la erupción de los dientes, suelen ser muy indicativos de que es un caso de pericoronaritis. En cualquier caso, la recomendación más útil que podemos dar es acudir a un dentista y hacer una revisión exhaustiva de la boca.

¿Cómo se trata la pericoronaritis?

Tras una visita a la consulta del dentista, será posible determinar si es un caso de pericoronaritis así como la extensión y gravedad de la infección. Con esta información, el dentista es capaz de decidir el tratamiento más adecuado. Normalmente, se procederá a la limpieza de la zona afectada y a un drenaje quirúrgico para deshacerse de todas las bacterias y pus de la infección. Se le recomendará al paciente intensificar las precauciones en la higiene oral, limpiando cuidadosamente la boca después de cada comida, pero con delicadeza para no dañar la zona. Además, se puede recetar el uso de un colutorio con clorhexidina o soluciones salinas, que serán esenciales para reducir la inflamación.

Al tratarse de una infección, si el caso es grave, el dentista puede recetar antibióticos, antiinflamatorios o analgésicos para reducir las molestias. Una vez se ha paliado la inflamación, se deberá valorar la necesidad de remover el tejido que cubre la muela en erupción. Se trata de una cirugía menor, con pocas molestias. Otra posibilidad es que se deba extraer el diente debido a falta de espacio, lo que evitará más daños, infecciones o problemas en la mordida.