Todos los sectores han tenido que adaptarse a la nueva normalidad para poder proteger la integridad física de sus trabajadores y clientes tras el paso del COVID-19. De igual forma, se han tenido que adecuar las medidas de higiene y seguridad de los dentistas en los niños. Lo que antes parecía algo rutinario, ahora deberá cumplir con una serie de pasos que minimicen el riesgo de contagio, tanto para los más pequeños como para el personal de odontología.
Ha sido la propia Sociedad Española de Odontopediatría la que ha establecido una serie de protocolos de seguridad con la finalidad de proteger a los niños y al público en general. Los dentistas están acostumbrados a trabajar con toda serie de bacterias y virus presentes en sus pacientes, pero el episodio del COVID-19 se convierte en algo totalmente inédito para los profesionales, por lo que se han tenido que implementar algunas medidas en este tiempo de adaptación a las ya existentes.
La higiene bucal de los niños es un factor de suma importancia, sobre todo en la edad del crecimiento donde el cuidado de los dientes es determinante para poder llevar una vida sana. Sin embargo, tras la aplicación de las medidas de aislamiento y cuarentena para contrarrestar el riesgo de contagio del COVID-19, los niños han tenido que postergar sus consultas con los dentistas, poniendo en pausa cualquier tipo de tratamiento o visita de rutinaria.
Debido a esa pausa tan necesaria, los dentistas han tenido que abordar una realidad latente y es que los niños en particular, se han convertido en un perfil de paciente portador del COVID-19 que puede no manifestar ningún tipo de síntoma. Ante esta posibilidad, las medidas de higiene y seguridad se han convertido en más que necesarias para poder garantizar la atención que puedan necesitar los más pequeños, pero sin exponer a los profesionales de la odontología.
Educar a los más pequeños por seguridad
El primer paso para retomar las consultas con los más pequeños es invertir tiempo en educarles con respecto a los riesgos del COVID-19, de una manera clara y sencilla. Que sepan que no deben tocar ninguna superficie con las manos cuando vengan a la clínica, así como explicarles que deben utilizar gafas y gorros ajustables a su tamaño para poder ser examinados. Esto debe realizarse con el suficiente tacto para que no genere en ellos alarma o rechazo.
Será sumamente importante aplicar medidas de higiene con pequeños enjuagues antes de someterse a la evaluación o tratamiento del dentista. A los niños que aún no sepan escupir, se les limpiarán los dientes con un algodón y el enjuague. Una vez en la consulta, el trabajo con los niños será a cuatro manos, es decir, la doctora trabajará junto con la ayuda de la auxiliar. De esta manera, se podrán conseguir soluciones mucho más seguras y prácticas para todos.
Medidas de higiene en los dentistas
Para poder garantizar las máximas medidas de higiene, protección y seguridad en los dentistas, será necesario el uso de equipos de protección individual (EPI) que minimice el riesgo de contagio del COVID-19. Además, los profesionales usarán doble guante quirúrgico, doble mascarilla, gorro y protección para los zapatos. Todos estos materiales permiten asegurar las condiciones de trabajo y deberán ser desechados una vez termine la jornada o consulta con un paciente.
Otro protocolo que cobra fuerza en esta nueva normalidad será asegurarse que una vez que termine la consulta se desinfecte por completo la sala, esperando un tiempo prudencial no mayor a los quince minutos para dar paso al siguiente paciente. De esta manera se garantizan las condiciones sanitarias esenciales para proteger a los niños y a toda la familia, así como al dentista y a su equipo de trabajo.
Si quieres saber más sobre la doctora Flor María Revilla puedes consultar su página personal o ver su Currículum.
© Dental Roca, enero 2020.
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