Esta época del año tiene grandes e importantes repercusiones en la alimentación y en nuestra salud dental. En Navidad, se cambia por completo nuestra rutina alimentaria, comemos más dulces y estos repercuten directamente a nuestra boca, pero ¿Por qué nos gusta tanto el azúcar? ¿Cómo puedes cuidar tus dientes estas fiestas? A continuación, te lo explicamos.
Razones biológicas
Nuestro organismo está programado genéticamente desde nuestra más tierna infancia para apreciar los sabores dulces y rechazar los amargos. Esta reacción instintiva que nos lleva a rechazar sabores amargos, al menos hasta la mitad de la adolescencia, protege a los más pequeños en buena medida de las intoxicaciones domésticas.
Otra razón muy estudiada es el recuerdo de la leche materna, cuyo alto contenido en lactosa le otorga un sabor dulce bastante característico. Es lógico que los niños prefieran la leche de su madre a cualquier otro alimento, pues les garantiza una adecuada nutrición y una extensa gama de anticuerpos que los protegerán contra todo tipo de enfermedades.
Dulce veneno
Hay una tendencia creciente a calificar al azúcar como un terrible “veneno” y a recitar con pasión de sus múltiples características negativas, entre ellas su capacidad para convertirse en un elemento extraordinariamente adictivo.
Sin caer en la tentación de la exageración y poniendo las cosas en su justa medida, sí debemos alertar a la población acerca del exceso de azúcar libre presente en la composición de numerosos alimentos, algunos de ellos tan poco nutritivos como la bollería industrial, alimentos procesados o las bebidas gaseosas azucaradas, tan atractivas para el gusto de los más pequeños gracias a la inestimable ayuda de la publicidad.
Hay alimentos que contienen azúcar de forma natural (azúcar intrínseco), como la leche materna y sus poderosas inmoglobulinas, o la deliciosa fruta fresca, que nos aporta maravillas tan necesarias como la fibra y un puñado de sustancias fitoquímicas.
Azúcar y enfermedades crónicas
Cualquier abuso de una determinada sustancia es, lógicamente, peligroso. Atentos pues al exceso de consumo de azúcar durante las golosas fiestas navideñas, pues la ciencia ya ha demostrado de forma fehaciente la relación directa que existe entre la ingesta de alimentos azucarados y algunas enfermedades crónicas.
Patologías como la diabetes, la hipertensión arterial o algunas enfermedades coronarias están relacionadas con el excesivo consumo de azúcar y las situaciones de obesidad, que cada vez afectan a un mayor porcentaje de la población española, incluida la población infantil, lo que puede condicionar gravemente sus expectativas de vida en un futuro no lejano.
Modera tu consumo de dulces si padeces alguna de esta enfermedad. Si tienes alguna duda, no olvides que en Dental Roca somos especialistas en tratamientos específicos para enfermedades crónicas.
Enseñar a comer sano
Las estadísticas nos hablan de un pobre consumo de frutas y hortalizas entre los niños y adolescentes, y que dos de cada diez menores de diez años consumen una media de dos litros al mes de bebidas azucaradas, que además de azúcar contienen cafeína, muy negativa para su crecimiento.
La mejor estrategia para evitar males en el futuro es enseñar a nuestros hijos buenos hábitos alimenticios, evitando que los menores tomen demasiados alimentos azucarados. Si los padres comen sano, sus hijos comerán sano. Al fin y al cabo, de tal palo, tal astilla.
Tanto para los adultos como para los niños, el consumo de azúcar libres se debería reducir a menos del 10% de la ingesta calórica total. Una reducción por debajo del 5% de la ingesta calórica total produciría beneficios adicionales para la salud. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda reducir a menos de 25g el consumo de azúcares libres, lo que equivale, aproximadamente, a menos de 6 terrones de 4g.
Azúcares libres o añadidos, qué son y dónde están.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) contempla los azúcares libres así:
- los azúcares añadidos a los alimentos por la industria alimenticia, los cocineros o los consumidores.
- los azúcares presentes de forma natural en la miel, los jarabes y los zumos de fruta.
Las recomendaciones de la OMS no se aplican al consumo de los azúcares intrínsecos presentes en las frutas y las verduras enteras frescas, aunque sí a sus zumos o concentrados de zumo de frutas. (Fuente: SinAzucar.org)
Azúcar y salud bucodental, enemigos íntimos
Por último, no debemos olvidar la mala relación que existe entre el consumo excesivo de alimentos azucarados y nuestra
salud bucodental, ya que son muchas y variadas sus consecuencias negativas.
La aparición de la caries es quizá la más conocida de ellas, pero vamos a recordar algunas más: el azúcar incrementa la placa bacteriana y la saliva se vuelve más ácida, atacando a los dientes.
El aumento de la placa también produce irritación e inflamación en las encías, y el exceso de acidez puede contribuir a fracturar las piezas dentales o dañar los implantes dentales ya colocados.
Recomendaciones
Desde Dental Roca te aconsejamos una serie de pautas para que puedas cuidar de tu boca en estas fechas tan señaladas y disfrutes sin remordimientos.
1.Cepilla tus dientes al menos dos veces al día. Después de cada comida es necesario cepillarse los dientes para evitar que las bacterias que se generan penetren en nuestros dientes.
2º Modera tu consumo de dulces y cuidado con el alcohol. Las golosinas son muy pegajosas y pueden crear problemas de inflamación en las encías de los más pequeños e incluso problemas más serios si el pequeño lleva ortodoncia.
3º Acude a revisión y si es necesario hazte una limpieza. Recomendamos visitar al dentista antes de fiestas para poder realizar una revisión de la salud dental y poder ofrecerte cuidados o tratamientos específicos. En ocasiones es recomendable realizar una limpieza puesto que puede que las encías estén inflamadas y así ayudemos a prevenir posibles afecciones.
Dra. Flor María Revilla Martínez
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