Preocupados la mayor parte del tiempo por el estado de nuestra dentición, tendemos a olvidar frecuentemente que debemos dedicar más tiempo a cuidar las encías. Es una parte de la estructura dentofacial que tiene mucha más importancia para nuestra salud general de la que le solemos otorgar.
Efectivamente, nuestros hábitos (tipo y frecuencia de higiene dental, tabaco, alcohol) y nuestra alimentación pueden afectarlas. Por ello, la mayoría de la población adulta de nuestro país padece algún tipo de patología periodontal. En concreto, entre el 80 y el 85% padecen gingivitis, y entre el 30 y el 40% periodontitis.
Enfermedades periodontales
La gingivitis consiste en la inflamación y enrojecimiento de las encías como consecuencia de la acumulación de placa bacteriana en la superficie dental. Si esta placa dental no se elimina de de una manera efectiva y habitual con nuestro cepillado, se convierte en cálculo o sarro. Esto provoca la inflamación de una manera continua nuestras encías.
La gingivitis es totalmente reversible. No hay destrucción del hueso de soporte de los dientes. Una vez que eliminamos el sarro de la superficie dental, y con unas instrucciones de higiene adecuados, las encías vuelven a su estado de salud, sin inflamación ni sangrado.
Si la gingivitis no se trata a tiempo, desemboca en una periodontitis, que sí que conlleva destrucción del hueso de soporte de los dientes y por tanto es irreversible. La placa dental y el cálculo forman bolsas periodontales alrededor de los dientes que dañan los tejidos y el hueso. A medio o largo plazo llegan a provocar la caída de los dientes. Conforme la periodontitis va avanzando, la placa bacteriana puede llegar al flujo sanguíneo y afectar al organismo. Puede llegar a ocasionar enfermedades cardiovasculares o incluso diabetes tipo 2.
La periodontitis se trata eliminado su agente causal, el cálculo, y dotando al paciente de instrucciones de higiene concretas para mantener una mejor higiene dental. Al contrario que la gingivitis, la periodontitis es crónica. Esto quiere decir que no tiene una cura, sino que la mantenemos estable, sin que avance. Y para ello es esencial los controles periódicos por parte del especialista de 4 a 6 meses.
Síntomas más frecuentes
Además de la inflamación, el enrojecimiento y el sangrado, estos son algunos de los síntomas que deberían ponernos en alerta:
- Halitosis, el mal aliento es una pista segura, además de provocar una mala impresión.
- Dolor durante la masticación, no es normal y debemos buscar las causas.
- Hipersensibilidad dental, los cambios de temperatura producen dolor, por ejemplo al tomar una bebida fría.
- Movilidad dental, un síntoma claro de que la enfermedad periodontal esta avanzada.
- Retracción de las encías, detectable al aparecer a la vista más superficie del diente de lo habitual, el diente parece mas largo.
Medidas preventivas
Las principales causas de las enfermedades periodontales son unos inadecuados hábitos alimenticios y deficiencias a la hora de cuidar las encías. Repasemos algunos de ellos:
- El consumo excesivo de alimentos ricos en grasas y azúcares. Con un consumo excesivo pueden provocar diabetes, que a subes influye de una manera determinante en nuestras encías.
- Reducir o eliminar el consumo de bebidas ácidas (refrescos, jugos de frutas o bebidas deportivas).
- No hace falta advertir que el tabaco es el agente más dañino tanto para la dentición como para las encías.
- Realizar una higiene bucal adecuada, cepillándose los dientes después de cada comida. Además, usando a menudo la seda dental, cepillos interdentales o irrigador, y usando también un colutorio sin alcohol.
- Y, por supuesto, visitando de forma regular a tu dentista de confianza en Dental Roca, dónde te ayudaremos a cuidar las encías. Es recomendable visitarnos una vez al año como mínimo. Si padeces alguna patología periodontal, mejor visitas entre tres y seis meses.
Dr. Galo Conesa
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© Galo Conesa Puche, Dental Roca 2019.
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