La colocación de brackets es la técnica que la ortodoncia ha usado tradicionalmente para corregir las malposiciones dentales, como las maloclusiones, rotaciones, apiñamientos, mordidas cruzadas o sobremordidas, diastemas, etc.
En Dental Roca, una clínica en la que tratamos tanto odontología como Medicina Estética, ofertamos las técnicas más eficaces y avanzadas, para que tú puedas elegir cuál es la que mejor se adapta a tus necesidades.
Los brackets metálicos fijos son la modalidad más convencional y fiable de ortodoncia. Están firmemente adheridos a cada diente, equipados con un arco de ortodoncia y bandas elásticas que conectan los brackets, lo cual les proporciona una notable resistencia y eficacia para guiar el movimiento correctivo de los dientes.
Estos dispositivos están fabricados con materiales que no solo garantizan su durabilidad, sino que también permiten ofrecerlos a un precio más accesible. Sin embargo, su principal desventaja radica en el aspecto estético, ya que la estructura metálica puede comprometer la apariencia de la sonrisa. Además, la rigidez del material puede causar llagas o rozaduras en algunos pacientes.
Para mitigar el impacto estético, se han desarrollado los brackets metálicos mini, que son menos voluminosos, pero igualmente efectivos. Estos pueden personalizarse con bandas elásticas de diversos colores, lo cual los hace más atractivos, especialmente para los pacientes infantiles.
Son una interesante alternativa a los metálicos, especialmente para aquellas personas preocupadas por la estética o que puedan tener algún tipo de alergia a los materiales níquel o titanio, con los que están confeccionados. En este caso, el bracket está fabricado de un material similar a la cerámica, generalmente silicato de litio, con un color que se asemeja al del esmalte dental, minimizando así su visibilidad. Su composición menos dura y sin bordes afilados reduce significativamente las molestias como llagas y rozaduras.
No son tan resistentes como los brackets metálicos, por lo que a veces pueden sufrir roturas y deben ser reemplazados; además, su eficacia es algo menor a la hora de dirigir el movimiento correctivo del diente, lo que puede alargar el tiempo de tratamiento. También hay que tener cuidado con el consumo de alimentos o productos que pueden manchar o alterar el color de los brackets, así como llevar a cabo una higiene exhaustiva.
Una solución práctica muy interesante es colocar brackets cerámicos en la zona de la dentadura más a la vista, para ganar en estética y discreción, y realizar el resto de la ortodoncia con brackets metálicos.
El sistema de ortodoncia invisible emplea alineadores o férulas transparentes, realizados a medida para cada paciente utilizando un material discreto y cómodo. Esta modalidad es apta para tratamientos ortodónticos tanto en adultos como en niños, y se presenta como una sofisticada alternativa a los brackets tradicionales.
El tratamiento implica una planificación meticulosa por parte del ortodoncista, quien asegura que cada cambio de férula guíe los dientes gradualmente hacia la posición objetivo mediante movimientos suaves y controlados, ocasionando molestias mínimas para el paciente. Además, su diseño discreto los convierte en una opción favorable para pacientes que buscan mantener un perfil bajo respecto a su tratamiento ortodóntico.
Una ventaja significativa de este sistema es que los alineadores no son fijos, permitiendo al paciente retirarlos cuando lo necesite, por ejemplo, para comer, cepillarse los dientes o en situaciones sociales específicas. No obstante, es crucial que el paciente sea consciente de la importancia de utilizar los alineadores al menos 22 horas al día para garantizar la efectividad del tratamiento.
Contrariamente a ciertas percepciones previas, los avances recientes en la ortodoncia con alineadores plásticos han demostrado ser tan efectivos que ahora es posible tratar la mayoría de los casos de ortodoncia de manera tan eficaz como con los brackets convencionales.
